En Ecuador las brechas de género aún son mayores en la ruralidad

27/03/2020

La realidad actual de las mujeres en Ecuador, en términos de autonomía económica, se caracteriza por la persistencia de brechas de desigualdad frente a los hombres, que se acrecientan a nivel de las mujeres rurales e indígenas y las sitúa al margen de las oportunidades y de los derechos.

Para ubicarnos en esta situación es importante contextualizar la realidad de las mujeres en este país. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), emitidos en julio de 2019, el Ecuador cuenta con una población de 17.370.677 millones de habitantes. El 49.9%, es decir 8.672.676, son mujeres

Del total nacional, el 37,2%  de la población se ubica en las zonas rurales. Y de este porcentaje, el 49.4% son mujeres, mientras que el 50.6% son hombres. Un dato interesante que se obtiene del organismo estadístico es el que hace referencia a las mujeres que son consideradas jefas de hogar. Este indicador se ubica en el 28% y de esta totalidad, el 20,2 % no tienen nivel de instrucción alguno, y el 58,5 % alcanza solo la educación básica.

Hasta diciembre de 2019, el 56.4% de las mujeres que viven el país andino habían completado la Educación General Básica (EGB) o habían aprobado una parte de esta, en comparación al 58.2% que registran los hombres. Apenas el 25% de las mujeres termina la educación secundaria, que representa tres años más de escolarización al terminar la EGB.  Y este porcentaje vuelve a disminuir, hasta llegar al 15% de mujeres que cuentan con estudios universitarios. En estos dos últimos indicadores no se evidencian mayores diferencias con los niveles y porcentajes alcanzados por los varones.

En lo referente al acceso al mercado laboral, encontramos que 3,4 millones de mujeres forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA). De un total de 8.099.030 personas; de esas el 58 % son hombres y el 42 % mujeres. Además, el 66 % de esta población está asentada en sectores urbanos y el 34 % en áreas rurales

El 32% de las mujeres empleadas cuentan con un trabajo adecuado, lo que equivale a 3,2 millones de trabajadoras. Un 17% está subempleada, un 4.8% se encuentra en el desempleo, contrastando con el  3,4% de hombres en el desempleo. Así también dos millones de mujeres lideran un pequeño, mediano o gran emprendimiento en el Ecuador.

Según los datos de la Comisión Económica para la América Latina y el Caribe (CEPAL, 2017), el 61.3% de mujeres rurales en el Ecuador, se dedican a actividades agrícolas; seguido de un 15,2%, que están ocupadas en el comercio y un 8,1 % que realiza actividades manufactureras (CEPAL, 2017).

Con base en la Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (ESPAC) de los años 2002-2012, la Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) en conjunto con la Secretaría Técnica para la Erradicación de la Pobreza muestran la variación del índice de Gini para la distribución de la tierra en el país. Durante los años 2004 y 2005 este índice era de 0,74%. Mientras que en 2006, sube al 0,83% y baja nuevamente en 2007 a 0,78%; a partir de este año y hasta 2012 el índice de Gini, sobre el acceso de la mujer rural a  la tierra se mantiene casi en el mismo valor. Sin embargo, la misma encuesta determina, que el  25% de las Unidades Productivas Agrícolas (UPA) del país, son producidas o gerenciadas por mujeres, ya sea en calidad de cónyuges, hijas o arrendatarias.  Es decir, apenas el 25% de las mujeres rurales del Ecuador son dueñas de la tierra que ellas cultivan.

De acuerdo con la Encuesta Específica del Uso del Tiempo, elaborada por el INEC, en el Ecuador, las mujeres dedican 31.4 horas a la semana al trabajo doméstico no remunerado. Las mujeres rurales superan el promedio nacional y alcanzan 34.3 horas en promedio a la semana, para esta actividad sin reconocimiento monetario. De su lado, los hombres de la ruralidad realizan unas 10.3 horas a la semana de trabajo doméstico, es decir que la dedicación de la mujer rural a estas labores es de 24 horas más (1 día), que la del hombre en la misma zona.

La Primera Encuesta de Violencia de Género realizada por el organismo estadístico en 2011, evidencia los siguientes resultados: el 60,6% de las mujeres en Ecuador ha vivido algún tipo de violencia., en algún momento de su vida. La violencia contra la mujer no tiene mayores diferencias entre zonas urbanas y rurales: en la zona urbana el porcentaje es de 61,4% y en la rural 58,7%.

Según los datos obtenidos, una de cada cuatro mujeres ha vivido violencia sexual, el tipo de violencia más común es la psicológica con el 53,9%.  De acuerdo a la etnia, el porcentaje más alto que ha vivido algún tipo de violencia se concentra en la población indígena con el 67,8% seguida de la mujer afroecuatoriana con el 66,7%.

El trabajo del Observatorio de Género de Rimisp evidencia estos datos y propone que el camino para cerrar las brechas en autonomía económica, en sacar a las mujeres de los márgenes y ponerlas junto a sus pares complementarios en el epicentro de la toma de decisiones, en igualdad de condiciones en la generación y distribución de la riqueza; si bien es largo, ha comenzado y cuenta con la agenda y experiencia de Rimisp para lograr la participación e incidencia.

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