Una de las características de América Latina es que el lugar donde se nace y crece tiene una significativa influencia en determinar quién uno es y qué se puede llegar a ser. El continente sigue siendo una región donde las oportunidades se concentran en unos pocos territorios, en desmedro de un gran número de lugares. Esta desigualdad territorial, no sólo es moralmente inaceptable, sino que también afecta el desarrollo general de un país.
Para aportar en la solución, creemos que el desafío de desarrollo se expresa en la cohesión territorial, que entendemos como una condición a través de la cual todos los territorios de un país pueden expresar su potencial de desarrollo y ninguno de ellos ser marginalizado.
Así, el Programa Cohesión Territorial para el Desarrollo (CTD) buscó contribuir a cambios políticos e institucionales que generarán oportunidades y capacidades para que territorios no metropolitanos puedieran expresar su potencial de desarrollo, y reducir la desigualdad territorial.
El proyecto fue ejecutado por una red de socios y organizaciones muy diversas entre 2012 y el 2015 en 8 países del continente: Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Nicaragua y Perú, coordinadas por Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural.
En el desarrollo de la iniciativa se logró realizar investigaciones que demostraron la relación entre desigualdad territorial y
- Crecimiento económico a escala nacional, reducción de pobreza y desigualdad.
- Prioridades específicas a nivel nacional en lo económico, social, político y en temas ambientales.
- Políticas sectoriales espacialmente ciegas e inversiones privadas.
Lograr convertirse en proponentes activos de la cohesión territorial como un objetivo de desarrollo, a través de la incidencia en líderes influyentes en el gobierno, organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y la academia, fue uno de los alcances de la iniciativa.
Lograr que las instituciones públicas a nivel nacional y subnacional utilicen los resultados del programa y las recomendaciones en el diseño e implementación de estrategias, políticas e inversiones específicas que tengan el aumento de la injerencia de la cohesión territorial y por ende mejorar el bienestar de la población, fue uno de los objetivos buscados con el desarrollo del programa.
Lograr que grandes inversionistas y empresarios adapten sus estrategias corporativas para apoyar los objetivos de la cohesión territorial, fue parte de las metas buscadas con el programa, que contó con el financiamiento del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC, Canadá) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).