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Ruby, una mujer rural que incide en la construcción de paz en Colombia

27/03/2020

Junto a ella, 52 mujeres rurales participan en un espacio de formación liderado por Rimisp, el Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana de Cali y la Fundación Avina, con el apoyo de la Delegación de la Unión Europea, para fomentar la construcción de paz en el Alto Patía y Norte del Cauca.

Ruby Armida Ambagüe, es una mujer rural que participa activamente en la transformación de uno de los territorios más afectados por el conflicto armado en Colombia: El Tambo (Cauca). Es madre de 3 hijos, esposa y líder en su territorio desde hace algunos años.

A pesar de no continuar sus estudios de educación media como sus compañeras de la época, en el año 2012, siendo madre y esposa, decidió terminar sus estudios como bachiller. Este logro la motivó para seguir avanzando y en el año 2020, se graduó como técnica de Primera infancia y Sistemas. Su sueño es seguir estudiando.

Como ella, 52 mujeres rurales asisten al Diplomado Diálogo Intercultural: Incidencia comunitaria y territorial para la construcción de paz, un espacio promovido por Rimisp, el Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana de Cali y la Fundación Avina, con el apoyo de la Delegación de la Unión Europea.

Bajo la iniciativa “Capacidades para la Incidencia” estas entidades tienen el propósito de apoyar el fortalecimiento de las organizaciones campesinas, indígenas, afrocolombianas, de mujeres y de víctimas de la violencia para que incidan en la construcción de paz del Alto Patía y Norte de Cauca en Colombia.

Dialogamos con Ruby sobre su rol en la construcción de paz de su municipio

¿A qué asociación pertenece? 

 “Pertenezco a varias organizaciones: una asociación de mujeres llamada Sembrando Futuro, en la Vereda Alto del Rey, en el municipio de El Tambo (Cauca). También pertenezco al Consejo Municipal de Paz, Reconciliación y Convivencia del municipio y también hago parte del Consejo Municipal de Mujeres, representando el sector indígena”.

¿Cómo surgió el Consejo Municipal de Mujeres?

“Junto con cinco compañeras, nos dimos cuenta que existía el Consejo Municipal de Mujeres creado mediante un Acuerdo, pero solo existía en el papel. Decidimos hacerlo realidad y por ello, articuladas con la Gobernación, organizamos una gran convocatoria en el municipio.

Notamos que pocos sectores estaban representados, así que hicimos una reestructuración al Acuerdo, lo presentamos al Consejo Municipal y lo aprobaron mediante resolución. El alcalde estuvo de acuerdo y por lo tanto convocamos a un evento con apoyo de la Gobernación y cada sector trajo su representante y se sometió a votos su elección. Así el Consejo quedó integrado por mujeres de 21 sectores y yo hago del sector indígena”.

¿Cuáles son los principales logros que ya ha tenido este Consejo?

“La conformación del Consejo es una ganancia. Sabemos que debemos fortalecerlo, en el sentido de capacitarnos y elaborar varias estrategias, pero ya es una ganancia.

Hemos elaborado planes de acción a corto plazo y los hemos cumplido. Nos articularnos para hacer más actividades y en este momento el municipio ya habla de nosotras. Es decir, dicen que se debe tener en cuenta al Consejo de Mujeres, y eso para nosotras, ya es ganancia. Es una ventaja que no habíamos tenido antes y en lo personal, creo que lograr que lo reconozcan a uno como miembro activo y como una persona propositiva, es una ganancia positiva”.

¿Cuáles son los principales limitantes y desafíos?

“La inequidad y la desigualdad que existe porque nosotras como mujeres ya tenemos un rol muy importante en la familia y a veces por las distancias, por lo económico y por los hijos, es difícil participar. A pesar de que se empiezan a distribuir roles en la familia, todavía se sigue existiendo la discriminación por ser mujer, por lo económico, porque no tiene el dinero para salir a una reunión y por tantas cosas… Eso es un limitante, aunque no es imposible cumplir, pero es un limitante.

En la parte política, a veces se siente que nos usan, como que no se ve la importancia que tiene el género para ser parte de esos procesos. Creo que no es imposible, pero sí existen esas limitaciones”.

Hablemos un poco de su llegada al Consejo Territorial de Paz

“Este Consejo existía hace muchos años, pero también estaba en el papel. Unas personas decidieron reactivarlo y realizaron todo el acompañamiento durante el proceso de la formulación del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), en el año 2017. En este proceso, trabajé en el equipo motor de mi vereda, especialmente en el pilar 8 de Reconciliación, Paz y Convivencia, porque para mí es uno de los pilares fundamentales del PDET.

Fui una persona muy propositiva. Entonces un miembro del Consejo me dijo: “A usted la veo pensando diferente, ¿por qué no hace parte de nuestro Consejo?”. Lo consulté con la autoridad de turno y fue así como ahora hago parte de este Consejo representando el sector indígena”.

¿Cómo ha sido su motivación para participar en estos escenarios de construcción de paz?

“Mi mayor motivación es mirar el país, mi municipio y mi vereda. No puedo esperar que los demás lo hagan cuando yo puedo empezar como mujer a hacer parte de estas organizaciones. Nosotras tenemos un pensamiento, no más alto que los hombres, sino que un pensamiento que va más allá del mañana. Además, las personas que están haciendo parte el Consejo Territorial a veces me dicen que mi tu punto de vista es muy válido y eso también me motiva para permanecer ahí”.

¿Cómo este diplomado contribuye a la labor que desempeña en estos Consejos? 

“Lo que vemos durante el diplomado ha sido súper importante porque a veces conocemos las herramientas de planeación, pero no llegamos a entender el significado y la importancia que tienen para hacer una incidencia en el municipio. A veces nos dedicamos a quejarnos, sin incidir y sin proponer. El diplomado nos ha abierto los ojos.

Cuando ya conocemos las herramientas, uno puede participar en mesas y decir “por aquí es el camino”, y ya no tenemos ese miedo de intervenir porque ya sabemos que es así. Por eso, el diplomado es una herramienta fundamental para hacer incidencia”.

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