Después de dos meses culminaron las clases del diplomado en “Fortalecimiento de capacidades para la medición de la transformación territorial”, dirigido a representantes de las organizaciones sociales que hacen parte del  Observatorio territorial. El proceso de formación, desarrollado entre los meses de junio y agosto de 2021, tuvo como objetivo fortalecer las capacidades de las organizaciones sociales y comunitarias para el seguimiento y la evaluación de políticas públicas para la construcción de paz.

Esta estrategia de formación se llevó a cabo con más de 40 líderes y lideresas de los municipios de Argelia, El Tambo, López de Micay, Timbiquí y Guapi en el departamento del Cauca y, El Rosario, Cumbitara y El Charco en el departamento de Nariño, quiénes fortalecieron sus conocimientos en temas relacionados con la incidencia comunitaria y la  planeación de políticas públicas, las mediciones para la transformación territorial con enfoque étnico y de género y la construcción de paz territorial.

La selección de los contenidos, se definió a partir las realidades territoriales de las y los participantes a quienes se les consultó sobre sus intereses de aprendizaje, en relación con sus acciones de liderazgo territorial y los procesos de sus organizaciones, “la concertación de los contenidos con los participantes se hizo necesaria para identificar conjuntamente las necesidades en términos de fortalecimiento de capacidades en los territorios. También, para organizar los contenidos concertados en un programa de fácil comprensión y con pertinencia cultural y de género,” manifestó Mónica Machado, consultora de Rimisp y facilitadora del proceso de formación.

El diplomado contó con recursos pedagógicos que permitieron fortalecer las capacidades de análisis cualitativo y cuantitativo necesarias para evaluar los instrumentos de desarrollo y planeación territorial y para analizar diversas perspectivas del concepto de desarrollo, como el buen vivir o el vivir bien, que se adaptaron a la cosmovisión de las organizaciones. Este proceso de formación se planteó como una herramienta que se articula a las demás estrategias del Observatorio. En tal sentido, “se enfocó en formar en las capacidades requeridas buscando que los actores se apropien del observatorio y lo construyan conjuntamente de acuerdo con el contexto de sus municipios” agregó Mónica.

Para María Evergita Quiñonez, integrante de la Asociación Asovirtud y de la Mesa Municipal de Mujeres de El Charco (Nariño), la metodología que se empleó en el proceso de formación fue participativa, “nosotros como líderes y lideresas pudimos tener ese espacio de expresarnos desde la realidad que se vive en nuestro territorio y eso es muy positivo”.

Respecto a las temáticas vistas en el proceso de formación, María resaltó la pertinencia que estas tuvieron de acuerdo a las realidades de su territorio. “Es de mucha importancia adquirir estos conocimientos que nos brindaron a través de temáticas como, por ejemplo, el diálogo social y comunitario, la incidencia política, los indicadores cotidianos con enfoque de género y las políticas públicas; este proceso nos permite conocer las problemáticas medibles y no medibles para poder evaluar de acuerdo a los indicadores y proyecciones que tenemos como colectivo”.

María agrega que espacios como el proceso de formación, les permite a las organizaciones “comprender las transformaciones de la realidad territorial y contribuir en la formación de mejores estrategias y políticas para poder tener un mejor desarrollo sostenible e inclusivo. Estamos buscando la forma de ser voceros de iniciativas como estas para replicar estos conocimientos en los territorios de la zona urbana y rural”, añadió.

Por su parte, Elsy Erazo, representante de la Asociación Agropecuaria Brisas del Patía del municipio de El Rosario (Nariño), afirma que haber participado en este proceso de formación le permitió fortalecer sus conocimientos, “este diplomado nos permite tener información detallada de la realidad de las comunidades. Documentar, sistematizar, generar informes, documentos y por supuesto, tener indicadores cotidianos que permitan conocer de la voz de las lideresas y líderes lo que pasa en sus territorios para evitar que las instituciones planteen ciertas falacias como verdades”. Elsy agrega que, “los tres módulos del proceso de formación fortalecieron mi liderazgo para continuar con el proceso de incidencia, participación política y toma de decisiones, en espacios en donde éstas acciones están determinadas en un sistema dominado exclusivamente por hombres”.

Para Elsy, son evidentes las grandes brechas de desigualdad de género que hay en el territorio, “se hace necesario realizar acciones contundentes para que haya cambios reales en equidad e igualdad. El primer paso es fortalecer los liderazgos de mujeres urbanas y rurales que lideran procesos en temas de violencias basadas en género, derechos de las mujeres y participación política, entre otros. Esperamos que los resultados del Observatorio impacten de forma positiva los aspectos que se están trabajando en el territorio, como es el caso de los proyectos productivos”, agregó.

Con el fin de afianzar los conocimientos adquiridos en el proceso de formación, los participantes realizaron jornadas de réplica en sus respectivos municipios a otros miembros de sus organizaciones. Estos espacios buscan fortalecer las capacidades de los participantes para transmitir y enseñar los contenidos vistos en el curso. Asimismo, se espera que continúen dinamizando los procesos de incidencia y seguimiento a las políticas, y, lideren las acciones del Observatorio a corto y mediano plazo.