Atender y entender los conflictos: una acción necesaria para un desarrollo rural con enfoque territorial

29/09/2020

Editorial: María del Pilar Bernal-Gómez

Los conflictos son indispensables

 como un factor del proceso universal del cambio social.

Siempre que faltan, o se oprimen o se solventan en apariencia, se hace más lento o se para el cambio.

Cuando se admiten y regulan los conflictos se mantiene el proceso evolutivo como un desenvolvimiento gradual.

Pero, en cualquier caso, en los conflictos sociales se esconde una excepcional energía creadora de sociedades.

Ralph Dahrendorf [1]

Los conflictos sociales que experimentan los territorios en América Latina son una expresión de la diversidad de actores, intereses y proyectos de desarrollo que en ellos confluyen. Múltiples son las tensiones, disputas y antagonismos que cotidianamente se viven en los territorios rurales en su mayoría vinculados a su funcionamiento y gobernanza; su organización espacial y administrativa; la definición de quiénes tienen derecho a transitar y permanecer en ellos; el acceso y uso de sus recursos naturales; las luchas de grupos de población por su inclusión y reconocimiento, entre otros asuntos. Por tanto, identificarlos y entenderlos para transformarlos a través de mecanismos adecuados, es ineludible para promover dinámicas territoriales más inclusivas que promuevan la superación de desigualdades.

Para avanzar en esta tarea es necesario tomar distancia de aquellas posturas que valoran negativamente al conflicto y lo califican como una amenaza para el orden del sistema social. Por el contrario, el conflicto es inherente a las relaciones sociales y es el motor del cambio en un mundo con sociedades que demandan contantemente transformaciones estructurales. De esta manera, el conflicto como relación social no es positivo o negativo por sí mismo, pero los impactos que genera sí podrían ser valorados como tal.

La posibilidad de impulsar transformaciones territoriales favorables a partir de los conflictos, mitigar su escalamiento y evitar el uso de la violencia depende de aspectos como la flexibilidad y capacidad de gestión de la sociedad en la que ocurren. Para ello será determinante habilitar mecanismos que faciliten el diálogo, la deliberación y la construcción de acuerdos que integren a los diversos actores, territoriales y extraterritoriales, inmersos en esta relación.

El enfoque territorial nos ofrece herramientas para comprender la complejidad de los conflictos y diseñar mecanismos para su gestión. Al respecto, en esta oportunidad sólo mencionaré tres elementos:

El primero se refiere a la visión del territorio como construcción social, producto de procesos históricos y manifestación espacial de las relaciones de poder y de las resistencias que surgen en contraposición a su ejercicio. Esta perspectiva nos permite entender el escenario material y relacional en el que los conflictos ocurren, así como las distintas transformaciones que puede desencadenar en él.

El segundo, es la necesidad de construir una visión integral que no fragmente sectorialmente la realidad de los territorios rurales. Si bien los conflictos pueden emerger en torno a, por ejemplo, la toma de una decisión sobre el uso del espacio o de un recurso determinado, divergencias puntuales evidencian narrativas diversas sobre el desarrollo y su visión de futuro para el territorio que van más allá de asuntos sectoriales.

Como tercer punto es importante incluir la capacidad de agencia de los actores territoriales para concertar una agenda como proyecto de desarrollo. Este es un proceso de largo plazo que incluye el manejo de disputas y la realización de negociaciones, intra y extra territoriales, teniendo como marco asimetrías de poder y desigualdades históricas que atraviesan a las sociedades Latinoamericanas. Por tanto, aportar a la construcción de actores colectivos que definan y pongan en marcha agendas territoriales producto de la concertación, nos impone la necesidad de identificar y comprender los conflictos que atraviesan los territorios, sus trayectorias, indagar las causas de su emergencia, su conexión con otros conflictos, reconocer a los actores involucrados, sus intereses y estrategias.

Es de esta manera que una comprensión sistemática de los conflictos socioterritoriales contribuye al diseño de mecanismo de gestión inclusivos y sostenibles. Inclusivos, en tanto permitan avanzar en la consolidación de acuerdos que integran en su deliberación actores e intereses tradicionalmente no vinculados a la toma de decisiones. Sostenibles, si se reconocen las limitaciones que pueden imponer a su cumplimiento las características particulares de las instituciones formales e informales de las realidades donde ocurren.

Desde Rimisp estamos convencidos de la necesidad de entender y atender los conflictos socioterritoriales, de su inclusión en el análisis de las dinámicas territoriales rurales y del diseño e implementación de mecanismos de gestión acordes a las realidades territoriales.

El balance de los quince años del desarrollo territorial rural (DTR) en América Latina, publicado recientemente[2], plantea la coordinación como un esfuerzo indispensable para consolidarse como una alternativa para las sociedades rurales de la región. En este sentido, desde esta área de trabajo se busca contribuir a superar aquellas fallas que restringen la articulación efectiva de distintos sectores y actores en la definición e implementación de políticas públicas pertinentes; así como, la construcción e impulso de agendas y coaliciones territoriales transformadoras, integradas por actores relacionados con el territorio, provenientes de diversos sectores que identifican objetivos comunes y definen acciones para alcanzarlos en el mediano y largo plazo. Por todo esto en Rimisp avanzamos en el fortalecimiento de esta área temática teniendo como estrategias: la investigación aplicada, el diálogo y encuentro de diversos actores, el desarrollo de capacidades y la incidencia política.

[1] Dahrendorf, R. (1966). Sociedad y libertad: hacia un análisis sociológico de la actualidad. Madrid: Tecnos. p. 118

[2] Berdegué, J., Christian, C., & Favareto, A. (2020). Quince Años de Desarrollo Territorial Rural en América Latina ¿qué nos dice la experiencia? Buenos Aires: Teseo.

Noticias

Noticias del Proyecto

Noticias del País

Suscríbete

Nuestras oficinas: