El documento de trabajo N° 295 titulado “Entre el querer y poder hacer: Tensiones de jóvenes rurales indígenas respecto a la agroecología”, expone los desafíos que las nuevas generaciones identifican para implementar prácticas agroecológicas en sus territorios. El estudio, realizado en la Sierra Norte de Puebla (México), Alta Verapaz (Guatemala) y Torotoro (Bolivia), identifica cuatro tensiones críticas que obstaculizan la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos.

Tensión 1: Entre la agricultura sana y ecológica, y el uso extendido de agroquímicos.
Los jóvenes valoran la producción libre de químicos por sus beneficios ambientales y para la salud humana. Sin embargo, en sus comunidades predomina el uso de agroquímicos para asegurar rendimientos y reducir trabajo, pese a sus costos económicos y al agotamiento de los suelos.  

“Los agricultores usan agroquímicos porque se les facilita el trabajo, porque tienen la mentalidad de usar agroquímicos en sus tierras y no intentar usar productos orgánicos. Quizás piensan que no funciona.”
(Mujer joven, Sierra Norte de Puebla, México).

Tensión 2. Querer aprender nuevas técnicas y no poder implementarlas.
Existe un fuerte interés por aprender técnicas agroecológicas (tradicionales e innovadoras), pero los jóvenes carecen de acceso a tierra y autonomía para aplicarlas. Muchos dependen de tierras familiares donde las decisiones las toman generaciones mayores.  

“Lo otro, por el terreno que los jóvenes no tienen, ¿verdad? A veces sus padres los venden y los jóvenes se quedan sin terreno. Entonces, no hay dónde ir a practicar, ni sembrar.” (Hombre joven, Alta Verapaz, Guatemala)

Tensión 3: Valorar la alimentación tradicional y comer comida envasada.
Los jóvenes rescatan los alimentos tradicionales por su valor nutricional y cultural, pero enfrentan cambios generacionales en las dietas, con un aumento en el consumo de comida envasada. Esto se agrava por la escasez de agua y la migración laboral.  

“… las generaciones ya no quieren consumir lo de antes, que ahora solo embutidos, que es lo que te hace más daño y que en algunas personas les ha agarrado cáncer estomacal a causa de todo eso.”
(Mujer joven, Sierra Norte de Puebla, México).

Tensión 4: Beneficios de la agroecología a nivel familiar y un desencanto con la vida campesina e indígena tradicional.
Aunque reconocen los beneficios de la agroecología para el autoconsumo y la economía familiar, algunos dudan de su viabilidad a gran escala. Además, creen que sus pares perciben la agricultura como un “retroceso” ante condiciones de vida duras y aspiraciones laborales fuera del campo.  

“(Los jóvenes) piensan que si van a volver a la agricultura es como si estuvieran retrocediendo y no estuvieran avanzando, y por eso quieren salir de aquí de la comunidad y quieren irse a la ciudad.”
(Hombre joven, Torotoro, Bolivia).

El estudio se basó en metodologías cualitativas como fotovoz (imágenes y narrativas) y entrevistas semiestructuradas con 22 jóvenes indígenas participantes de talleres de liderazgo. Todos ellos mantienen un fuerte arraigo territorial e interés en la agricultura, pero enfrentan realidades marcadas por pobreza, migración juvenil y efectos del cambio climático.  

El texto destaca la necesidad de políticas que aborden el acceso a la tierra, la inclusión de los jóvenes y enfoques innovadores para que la agroecología sea viable para las generaciones más jóvenes.

El estudio se realizó en el marco del proyecto Redes para la Transformación Agroalimentaria, ejecutado por Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural junto a los socios locales de CESDER-PRODES en México, APROBA-SANK en Guatemala y PROSUCO en Bolivia, y fue posible gracias al financiamiento del International Development Research Center (IDRC) de Canadá.

El documento de trabajo está disponible aquí: Entre el querer y poder hacer. Tensiones de jóvenes rurales indígenas respecto a la agroecología