Este documento de política destaca la persistente brecha de evidencia en torno al “eslabón oculto”: los servicios intermedios y finales que conectan a los pequeños productores con los mercados. A pesar de su papel creciente en los sistemas agroalimentarios, estos segmentos siguen siendo en gran medida ignorados en las evaluaciones de impacto. A medida que los sistemas alimentarios evolucionan con la urbanización y el cambio en la demanda de los consumidores, los actores intermedios y finales —incluidos procesadores, agregadores, minoristas, mayoristas y proveedores logísticos— se han vuelto centrales en el traslado de los alimentos desde las fincas hasta los consumidores.