Comunicado a la opinión pública

El municipio de El Charco, en el Pacífico nariñense, atraviesa un momento crítico.  Los habitantes viven un estado de confinamiento grave debido al paro armado indefinido que completa más de dos semanas en la cabecera municipal y en los corregimientos. Esta situación ha ocasionado el cierre total del comercio y el encierro dentro de sus propias casas de los habitantes, provocando una situación de emergencia debido a la falta de acceso a alimentos y servicios de atención médica, alimentación, transporte y educación.  Además de esto, las y los ciudadanos han sido víctimas de amenazas constantes y afectaciones a nivel emocional por el miedo y la zozobra que genera la situación.

Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, expresa públicamente su preocupación por las comunidades del municipio de El Charco y alerta a los organismos internacionales, además, sobre el deterioro de la situación de seguridad en regiones como el Cauca y el Pacífico nariñense en el contexto preelectoral. Para atender estas situaciones, instamos al gobierno nacional en coordinación con la institucionalidad local, para que atiendan integralmente las realidades que se están presentando, con el fin de avanzar en la transformación pacífica de estos conflictos. Para Rimisp, y de acuerdo con el diálogo con las comunidades con las que trabaja en estas zonas de Colombia, situaciones como éstas requieren acciones concretas por parte del Gobierno Nacional y demás instituciones del Estado encaminadas a:

• Garantizar el respeto integral por los derechos humanos de todas y todos los habitantes del municipio de El Charco, a través del acceso a alimentos y servicios de atención médica. transporte y educación. La prioridad es que cesen los asesinatos y se garantice el acceso a los servicios básicos.
• Escuchar las propuestas de las comunidades sobre canales que faciliten un diálogo humanitario respaldado por organizaciones como la Cruz Roja y la Iglesia que consiga la transformación pacifica de los conflictos.
• Cumplir e implementar efectivamente el Acuerdo de Paz.
• Gestionar ayudas humanitarias para la población que se ha visto afectada, priorizando las poblaciones más vulnerables.

Finalmente, consideramos que estas acciones deben darse a partir de un enfoque territorial donde las soluciones y caminos de acción tengan como protagonistas a las voces y narrativas de los habitantes de estas regiones.