El brote del COVID-19 ha desencadenado una serie de medidas políticas y económicas sin precedentes para intentar contener su expansión. Con algunos meses de desfase respecto de Asia y Europa, desde marzo del 2020 América Latina ha comenzado a aplicar progresivamente medidas para enfrentar la crisis sanitaria, comenzando por la declaración de estados de emergencia, que otorgan al gobierno central el poder y la capacidad para centralizar una serie de decisiones que, en otras condiciones, requieren de la consulta y participación de otros poderes y niveles de gobierno.