El presente documento es una síntesis de las reflexiones e intercambios que se dieron en este encuentro y que conforman una agenda centrada en una comprensión de los sistemas alimentarios indígenas en tanto sistemas complejos donde se entrecruzan distintos niveles y dimensiones.
Los sistemas alimentarios son parte de la riqueza de una cultura, son un reservorio de biodiversidad, una fuente de buena salud, al mismo tiempo que un espacio de afirmación política y de derechos en un mundo interconectado. En estos elementos se despliegan las potencialidades de sus sistemas alimentarios, asociadas principalmente a su sostenibilidad, la capacidad de resiliencia frente a las crisis sociales y ambientales, su contribución a entender la salud como un proceso basado en la buena la alimentación, así como un campo de oportunidades para el desarrollo económico local.
Pero los sistemas alimentarios indígenas también están enfrentados a desafíos, tales como la transmisión o la recuperación de conocimientos ancestrales y propios de la vida cotidiana, o el fortalecimiento político y social de las comunidades para establecer una agenda de incidencia real y poder conectarse con las transformaciones de nuestros tiempos, así como incluir innovaciones tecnológicas en sus prácticas. Para enfrentar dichos desafíos la construcción de alianzas es central. En este ámbito, se destacó en el encuentro la relevancia del sector académico y la investigación, el influjo del Estado y las políticas públicas, y el aporte que realizan las agencias internacionales de desarrollo y de filantropía.
Este documento recoge una voz grupal, diversa, donde se establecieron puentes entre culturas y territorios que por su lejanía geográfica o lingüística no habían tenido una oportunidad de diálogar directamente, con el fin de constituir una agenda hacia un futuro con objetivos que solo podrán ser medidos por las futuras generaciones. Esta necesaria “altura de miras” en torno a las transformaciones de los sistemas alimentarios se grafica en las palabras de Marisol Shariva, una de las participantes del encuentro:
“Somos águilas, cuidamos a los polluelos. Y al igual que un águila que se va arriba a los cielos y desde ahí está viendo los paisajes, nosotros tenemos nuestra visión. Somos como un águila, palpamos de dónde venimos y dónde hemos agarrado el vuelo; de Pucallpa a Lima, de Lima a Ecuador, y ahora estamos en Yunguilla, como un águila, viendo todo desde donde estamos reunidos. Esa es nuestra visión.” (Marisol Shariva Pérez, asháninka de Perú).