La reunión se realizó en el marco del proyecto “Siembra desarrollo. Pequeña agricultura y alimentación resilientes al COVID-19”.

El jueves 18 de marzo se llevó a cabo, vía Zoom, el primer Grupo de Diálogo Rural (GDR) en Chile, una iniciativa de  diálogo e incidencia creada por Rimisp, para apoyar el diseño de mejores políticas al llevar a los gobiernos las ideas y evidencias generadas por diferentes actores, que no tienen la oportunidad de participar en la toma de decisiones.

Este primer GDR se denominó “Encuentros propositivos por la agricultura familiar: haciendo frente a la crisis alimentaria, climática y sanitaria” y fue organizado por Rimisp y la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Villarrica.

En él participaron José Barriga, de la ONG Alerce Andino; Natasha Martignoni y Sahara Martignoni, de Huertos de Teupa; Yessica Cartes, de Slow Food Chiloé; Karla Ramirez, de Trabajo Vivo y Comercializadora Manos de Vuelta; Sandra Parra de la ONG CETSUR; GLADYS Linnebrink, de Mesa de la Mujer Rural Chiloé; Kathia Benitez, de Trabajo Vivo; Ruth Troncoso, de la Mesa de la Mujer Rural Araucanía; Jorge Huichalaf, de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Küme Mogen; y Norma Canio, agricultora de Padre las Casas.

El objetivo del GDR fue reflexionar acerca de los efectos del COVID-19 en la producción y consumo de alimentos a nivel regional, identificando los desafíos y oportunidades para la agricultura familiar.

En un espacio de confianza, todos y todas contaron cómo ha impactado el coronavirus en la agricultura y en su entorno. Luego, y divididos en dos grupos, los participantes respondieron preguntas como “¿de qué forma ha afectado la pandemia por COVID-19 a los diferentes rubros de la agricultura?”, “¿cuáles han sido los efectos diferenciados sobre distintos actores ?” o “¿cuáles estrategias han surgido para hacer frente a la crisis de la pandemia por COVID-19?” y “¿cuáles son necesarias de mantener o fortalecer?”.

Los temas más destacados por los asistentes, para continuar trabajando a futuro, fueron: revalorización de la huerta y patrimonio alimentario; necesidad de adaptar los programas y políticas a las nuevas condiciones que impone la pandemia; avanzar en la brecha de conectividad tecnológica y digital; dotación de agua; y priorizar y potenciar las economías locales y cadenas cortas de comercialización.

En la conversación, uno de los participantes dijo que “la ruralidad nos une”. Todos manifestaron la intención de continuar conversando y construyendo juntos.

Para Danae Mlynarz, directora de Rimisp en Chile, “los resultados de este primer encuentro fueron muy satisfactorios y estimulantes, para seguir trabajando en conjunto con los pequeños productores en políticas y proyectos que permitan enfrentar los impactos del COVID-19. El conocer desde primera fuente los impactos que esta pandemia ha ocasionado es la clave de nuestro proyecto, por eso es que temáticas como el precio de los insumos, el aislamiento del campo y los problemas de conectividad se ven matizados con una resignificación de la huerta y del patrimonio agroalimentario que entusiasman y aportan como una oportunidad entre tantos desafíos que nos deja la pandemia”.

Por su parte, Gonzalo Valdivieso, director de la PUC Villarrica, señaló que “el encuentro me pareció un espacio excelente de conversación y visibilización de las problemáticas generadas en los espacios rurales especialmente por efecto del COVID-19. La disposición a conversar, aún en un formato virtual, fue muy positiva, evidenciando las similitudes y diferencias con que cada comunidad, organización o familia ha enfrentado este desafío, lo que involucró elementos desde la producción hasta el vínculo con la tecnología. Me parece que esta iniciativa generará propuestas muy relevantes para el desarrollo de la agricultura familiar y, más en general, para contribuir a fortalecer los territorios rurales”.

El equipo de investigación del programa “Siembra desarrollo” proyecta la realización de otros GDR en las Regiones de La Araucanía y Los Lagos.